Wednesday, August 02, 2006

Noches de Santiago en Obanos

NOCHES DE SANTIAGO
EN OBANOS


Juan Cañada

En la noble villa navarra de Obanos, situada en el Valle de Valdizarbe, a medio camino entre Pamplona y Estella, se representa con esplendor y mimo el Misterio de San Guillén y de Santa Felicia, también conocido como el Misterio de Obanos, en el cual se narra la historia de estos príncipes de Aquitania, así como parte de la historia de Occidente, ligada, inexorablemente, al Camino de Santiago.


Obanos

Obanos es uno de esos enigmáticos pueblos de Navarra en los que sus calles y plazas rezuman historia centenaria. Fue lugar de encuentro y asentamiento de los Infanzones, estamento cuyo fin era defender al pueblo llano de los abusos de los nobles. El lema de aquellos lejanos caballeros rezaba así: “Pro libertate Patria Gens Libera State” (Para que la patria sea libre, que sus gentes lo sean), el cual ha quedado grabado sobre mármol en el Palacio de Navarra, recordándonos la imperiosa necesidad que tiene el hombre de libertad.

En estos parajes confluían los peregrinos procedentes de los diversos reinos de Europa, ya los que accedían a la península por Somport, como los que llegaban a través de Roncesvalles. Aquí se curaban las heridas en su hospital de pobres, y se daba hospedaje para guarecerse de la noche estrellada, de las alimañas, y de los salteadores.

Situado a mitad de camino entre Pamplona y Estella nos brinda un paisaje hermoso coronado por la imponente mole del Perdón, y los viñedos de Valdizarbe. Su clima fresco en verano, y no extremo en invierno, lo convierte en un pueblo ideal para el descanso y el sosiego. Sus gentes, amistosas y abiertas, sonríen a los turistas con la naturalidad de quien da la bienvenida. Todos se conocen y procuran ayudarse en aquellas tareas en las que se precisa el concurso de algún vecino.


El Misterio de Obanos

El escenario natural de la representación del Misterio de Obanos, está situado en la plaza principal, quedando enmarcado por el ayuntamiento, la iglesia, y el Mesón de los Infanzones. El centro de la misma queda presidido por un crucero, escultura de hierro forjado según las antiguas tradiciones metalúrgicas y que forma parte del decorado del Misterio. Un pozo simboliza el lugar en el que se sacia la sed al peregrino y al caminante, al labriego y al caballero, al pobre y al rico. Los arcos de la iglesia son bambalinas para las figuras chinescas de peregrinos, orfebres y damiselas. Y la arena que cubre la plaza se convierte en el tablado sobre el que pasarán actores, figurantes, jinetes y caballos, rememorando el drama de Felicia y de Guillermo.


La leyenda

El argumento está basado en la historia de la joven princesa Felicia de Aquitania y su hermano. Esta princesa, a instancias de su padre, fue obligada a contraer matrimonio en una boda convenida. A fin de dilatar la celebración, Felicia decidió peregrinar a Santiago con su séquito. Sin embargo, y de regreso de Compostela, optó por no volver a palacio a fin de evitar esa boda no deseada.

Desprendida de sus galas de seda y de su cortejo, pidió servir en la casa de los señores de Amocáin, señorío amplio y rico, ubicado en el valle de Egües, al lado de Elía. Su tez blanca y sus manos pulidas confundían a los señores, así como su sencillez y laboriosidad. Cuenta la tradición que lejos de la vida regalada de la corte de Aquitania, Felicia trabajó y rezó procurando su santidad en el servicio a los demás.

Desesperado su padre por la tardanza, mandó a su hijo Guillén en busca de esta, y recorriendo todos lo caminos que se dirigen a Santiago, encontró a su hermana trabajando para otros, algo considerado injustificable para los que en sus venas llevan sangre noble. La cólera del príncipe hizo que lo volviera loco por un instante, y esgrimiendo su daga la clavó en el corazón Felicia. Doble crimen, pues no sólo mató a su hermana, sino que hirió de muerte la soberbia de su vida, la vanidad de su existencia, la superficialidad del lujo de la corte. Pero donde hay pecado también hay perdón, y la necesidad de conversión le obligó a hacer camino de penitencia dirigiéndose a Santiago para suplicar clemencia al Dios todo poderoso.

Cuenta la tradición que de la sepultura de Felicia brotó un clavel, y ante tal prodigio los pastores del lugar decidieron exhumar sus restos. El antojo de un borrico fue quien determinó el lugar en el que se tenía que dar sepultura definitiva a Felicia, y no fue otro que en la villa de Labiano, en el Valle de Aranguren, donde reposan sus restos incorruptos, velados con el cariño y mimo de sus habitantes.

Guillén, el joven príncipe de Aquitania, se dedicó por el resto de sus días, a la oración y a la penitencia en la ermita de Nuestra Señora de Arnotegui, además del ejercicio de las obras de misericordia en los pobres y en los peregrinos, que no eran otras que limpiar las heridas de los que pasaban a la vera del Camino de Santiago en Obanos, y dar consuelo a sus almas cansadas.


Algo de historia

El Misterio de Obanos, si bien no tiene la tradición centenaria del Misterio de Elche, sí nos muestra un ramillete de historias seculares. Su riqueza pedagógica radica en la variedad de personajes y en los diálogos del guión escrito por don Santos Beguiristain a principios de los sesenta, con la inestimable aportación de don Manuel Iribarren al redactar el texto definitivo, y la música seleccionada y adaptada por el músico puentesino don Luis Morondo. Las consecutivas representaciones fueron enriqueciendo las escenas con retoques en los textos y nuevas partituras, sin olvidar el perfeccionamiento en la interpretación gracias al buen hacer de sus actores y de sus directores.

Pocos pueblos de Europa pueden presumir como el de Obanos. Todos sus habitantes se involucran en la representación del Misterio, y son los depositarios de transmitir de generación en generación su historia, sus costumbres y sus tradiciones, y sin duda alguna la del Misterio forma parte principal en su acerbo cultural.

Si tuviéramos que resumir con pocas palabras el Misterio de Obanos, podríamos hacerlo diciendo que es la representación de una historia que acontece en el Camino de Santiago, y de la que surgen otras tantas con personajes tan dispares como el Hermano Francisco de Asís, el rey de Armenia, el conde Ulrico de Alemania, y junto a ellos, vagabundos, pícaros, comediantes... Todos entrelazados por un común denominador, su afán por concluir su peregrinación a Santiago.

Los trajes de los actores requieren una mención aparte. Las más de mil perchas visten a niños, jóvenes, ancianos, así como a los caballos de los nobles y a las armaduras de los soldados. Han sido muchas las mujeres que han dedicado cientos de horas a su diseño, confección y mantenimiento. Todos los miércoles del año se juntan un grupo de señoras para hacer las labores de costurero. Allí podemos descubrir en plena tarea a Mari Luz, a Carmen, a María Jesús, a Beatriz, o a cualquiera de las tantas voluntariosas mujeres de Obanos. Esta vez tocaba dar un repaso al noble traje de la señora de Amocáin, y mientras una ajustaba los bajos, otra cambiaba la peluca a un sombrero del renacimiento. Tampoco faltan las labores que corresponden al arreglo de los zapatos y de las túnicas, de las cinchas de los caballos y del resto de complementos.

El diseño de los trajes fue una dura tarea. Se necesitó recurrir a libros de historia y de arte, y no faltó quien se empapuzó de películas históricas de los años cuarenta para tomar ideas de los vestidos que usaban los actores. Y de las ideas se pasó a la máquina de coser. Año tras año se fueron incorporando nuevos trajes.

Charlando amistosamente con el presidente de la Fundación Misterio de Obanos, don Juan Manuel Rubio, nos comenta que el problema prioritario de la fundación es conseguir los medios necesarios para guardar con cierta tranquilidad esos casi mil trescientos trajes de época, pues el actual caserón que se ha habilitado como guardarropía, queda bajo el riesgo a que la polilla o el rayo convierta este patrimonio en polvo. ¿De dónde sacaremos algo de ayuda para evitar la catástrofe? Pregunta que queda en el aire y todavía no ha tenido respuesta.


Don Santos

Ya hemos hablado de don Santos Beguiristain, pero su talla humana, su cultura y su amor a Navarra y a sus tradiciones merecen un apartado especial. Fue hombre de una basta cultura, capaz de hablar de tú a tú con los gurús de la cultura de su época, así como con las gentes más sencillas de Valdizarbe. En sus libros se puede descubrir una gran humanidad, y un corazón grande que necesitaba expresar con gestos sencillos su cariño a las gentes de su pueblo.

Si Eugenio d´Ors fue uno de los grandes revitalizadores del Misterio de Elche, don Santos Beguiristáin se ha convertido en la referencia obligada a la hora de tratar el Misterio de Obanos, pues él fue el creador de la criatura, y el gran artífice de que se siga representando a pesar de las décadas y de las obligadas ausencias. Sin duda alguna este es el principal legado cultural de don Santos, el cual queda bajo la tutela y responsabilidad de la Fundación Misterio de Obanos, y de todo el pueblo de Navarra.

Un pueblo unido

Una de las claves del éxito del Misterio de Obanos, radica en que todo un pueblo se vuelca para representar parte de su historia, de sus tradiciones, de su memoria colectiva transmitida de generación en generación. Son muchos los hijos de este pueblo que retornan a sus orígenes para vestirse el traje que usó su abuelo hace tres décadas, dando vida a príncipes o tal vez a mendigos. Sin duda nos encontramos con un Fuenteovejuna en el que el trabajo y la cooperación hacen de este pueblo un lugar sin crispación ni rencor. Sus vecinos corren por las calles y plazuelas vestidos de reyes y damas, su afán de superación hace que se trabaje duro con la alegría de los pueblos bien avenidos. Se olvidan, incluso, de las pequeñas desavenencias entre vecinos, familiares, y adversarios políticos, en una hermandad obligada por sacar adelante el Misterio.

Aquí nos encontramos con una de las manifestaciones culturales más importantes de Navarra. Transmitir la historia de un pueblo a través del teatro tiene algo de mágico y de ensoñador. No se lo pierda la próxima vez que se represente, es un consejo de amigo.

DATOS DE INTERÉS

Obanos: a 20 kms de Pamplona dirección a Estella por la Carretera Nacional 111
Restaurantes y hoteles en Obanos, Puente la Reina, Estella y Pamplona.
La oficina de Turismo de Puente la Reina ofrece la posibilidad de visitas guiadas llamando al teléfono 948 340845.

Interesante visitar la ermita de Santa María de Eunate (siglo XII), y en Puente la Reina la iglesia de Santiago, el puente románico, y la iglesia del Crucifijo la cual custodia el Crucifijo gótico del siglo XIV.