Tuesday, September 12, 2006

Misterio de San Guillén y Santa Felicia


Creo que este Blog se ha convertido en algo muy pesado. Intentaré quitar alguna cosa, pues hay demasiadas letras. Bueno, si alguno de los que aquí entran están interesados, ya saben, que sigan leyendo...

Wednesday, August 02, 2006

Noches de Santiago en Obanos

NOCHES DE SANTIAGO
EN OBANOS


Juan Cañada

En la noble villa navarra de Obanos, situada en el Valle de Valdizarbe, a medio camino entre Pamplona y Estella, se representa con esplendor y mimo el Misterio de San Guillén y de Santa Felicia, también conocido como el Misterio de Obanos, en el cual se narra la historia de estos príncipes de Aquitania, así como parte de la historia de Occidente, ligada, inexorablemente, al Camino de Santiago.


Obanos

Obanos es uno de esos enigmáticos pueblos de Navarra en los que sus calles y plazas rezuman historia centenaria. Fue lugar de encuentro y asentamiento de los Infanzones, estamento cuyo fin era defender al pueblo llano de los abusos de los nobles. El lema de aquellos lejanos caballeros rezaba así: “Pro libertate Patria Gens Libera State” (Para que la patria sea libre, que sus gentes lo sean), el cual ha quedado grabado sobre mármol en el Palacio de Navarra, recordándonos la imperiosa necesidad que tiene el hombre de libertad.

En estos parajes confluían los peregrinos procedentes de los diversos reinos de Europa, ya los que accedían a la península por Somport, como los que llegaban a través de Roncesvalles. Aquí se curaban las heridas en su hospital de pobres, y se daba hospedaje para guarecerse de la noche estrellada, de las alimañas, y de los salteadores.

Situado a mitad de camino entre Pamplona y Estella nos brinda un paisaje hermoso coronado por la imponente mole del Perdón, y los viñedos de Valdizarbe. Su clima fresco en verano, y no extremo en invierno, lo convierte en un pueblo ideal para el descanso y el sosiego. Sus gentes, amistosas y abiertas, sonríen a los turistas con la naturalidad de quien da la bienvenida. Todos se conocen y procuran ayudarse en aquellas tareas en las que se precisa el concurso de algún vecino.


El Misterio de Obanos

El escenario natural de la representación del Misterio de Obanos, está situado en la plaza principal, quedando enmarcado por el ayuntamiento, la iglesia, y el Mesón de los Infanzones. El centro de la misma queda presidido por un crucero, escultura de hierro forjado según las antiguas tradiciones metalúrgicas y que forma parte del decorado del Misterio. Un pozo simboliza el lugar en el que se sacia la sed al peregrino y al caminante, al labriego y al caballero, al pobre y al rico. Los arcos de la iglesia son bambalinas para las figuras chinescas de peregrinos, orfebres y damiselas. Y la arena que cubre la plaza se convierte en el tablado sobre el que pasarán actores, figurantes, jinetes y caballos, rememorando el drama de Felicia y de Guillermo.


La leyenda

El argumento está basado en la historia de la joven princesa Felicia de Aquitania y su hermano. Esta princesa, a instancias de su padre, fue obligada a contraer matrimonio en una boda convenida. A fin de dilatar la celebración, Felicia decidió peregrinar a Santiago con su séquito. Sin embargo, y de regreso de Compostela, optó por no volver a palacio a fin de evitar esa boda no deseada.

Desprendida de sus galas de seda y de su cortejo, pidió servir en la casa de los señores de Amocáin, señorío amplio y rico, ubicado en el valle de Egües, al lado de Elía. Su tez blanca y sus manos pulidas confundían a los señores, así como su sencillez y laboriosidad. Cuenta la tradición que lejos de la vida regalada de la corte de Aquitania, Felicia trabajó y rezó procurando su santidad en el servicio a los demás.

Desesperado su padre por la tardanza, mandó a su hijo Guillén en busca de esta, y recorriendo todos lo caminos que se dirigen a Santiago, encontró a su hermana trabajando para otros, algo considerado injustificable para los que en sus venas llevan sangre noble. La cólera del príncipe hizo que lo volviera loco por un instante, y esgrimiendo su daga la clavó en el corazón Felicia. Doble crimen, pues no sólo mató a su hermana, sino que hirió de muerte la soberbia de su vida, la vanidad de su existencia, la superficialidad del lujo de la corte. Pero donde hay pecado también hay perdón, y la necesidad de conversión le obligó a hacer camino de penitencia dirigiéndose a Santiago para suplicar clemencia al Dios todo poderoso.

Cuenta la tradición que de la sepultura de Felicia brotó un clavel, y ante tal prodigio los pastores del lugar decidieron exhumar sus restos. El antojo de un borrico fue quien determinó el lugar en el que se tenía que dar sepultura definitiva a Felicia, y no fue otro que en la villa de Labiano, en el Valle de Aranguren, donde reposan sus restos incorruptos, velados con el cariño y mimo de sus habitantes.

Guillén, el joven príncipe de Aquitania, se dedicó por el resto de sus días, a la oración y a la penitencia en la ermita de Nuestra Señora de Arnotegui, además del ejercicio de las obras de misericordia en los pobres y en los peregrinos, que no eran otras que limpiar las heridas de los que pasaban a la vera del Camino de Santiago en Obanos, y dar consuelo a sus almas cansadas.


Algo de historia

El Misterio de Obanos, si bien no tiene la tradición centenaria del Misterio de Elche, sí nos muestra un ramillete de historias seculares. Su riqueza pedagógica radica en la variedad de personajes y en los diálogos del guión escrito por don Santos Beguiristain a principios de los sesenta, con la inestimable aportación de don Manuel Iribarren al redactar el texto definitivo, y la música seleccionada y adaptada por el músico puentesino don Luis Morondo. Las consecutivas representaciones fueron enriqueciendo las escenas con retoques en los textos y nuevas partituras, sin olvidar el perfeccionamiento en la interpretación gracias al buen hacer de sus actores y de sus directores.

Pocos pueblos de Europa pueden presumir como el de Obanos. Todos sus habitantes se involucran en la representación del Misterio, y son los depositarios de transmitir de generación en generación su historia, sus costumbres y sus tradiciones, y sin duda alguna la del Misterio forma parte principal en su acerbo cultural.

Si tuviéramos que resumir con pocas palabras el Misterio de Obanos, podríamos hacerlo diciendo que es la representación de una historia que acontece en el Camino de Santiago, y de la que surgen otras tantas con personajes tan dispares como el Hermano Francisco de Asís, el rey de Armenia, el conde Ulrico de Alemania, y junto a ellos, vagabundos, pícaros, comediantes... Todos entrelazados por un común denominador, su afán por concluir su peregrinación a Santiago.

Los trajes de los actores requieren una mención aparte. Las más de mil perchas visten a niños, jóvenes, ancianos, así como a los caballos de los nobles y a las armaduras de los soldados. Han sido muchas las mujeres que han dedicado cientos de horas a su diseño, confección y mantenimiento. Todos los miércoles del año se juntan un grupo de señoras para hacer las labores de costurero. Allí podemos descubrir en plena tarea a Mari Luz, a Carmen, a María Jesús, a Beatriz, o a cualquiera de las tantas voluntariosas mujeres de Obanos. Esta vez tocaba dar un repaso al noble traje de la señora de Amocáin, y mientras una ajustaba los bajos, otra cambiaba la peluca a un sombrero del renacimiento. Tampoco faltan las labores que corresponden al arreglo de los zapatos y de las túnicas, de las cinchas de los caballos y del resto de complementos.

El diseño de los trajes fue una dura tarea. Se necesitó recurrir a libros de historia y de arte, y no faltó quien se empapuzó de películas históricas de los años cuarenta para tomar ideas de los vestidos que usaban los actores. Y de las ideas se pasó a la máquina de coser. Año tras año se fueron incorporando nuevos trajes.

Charlando amistosamente con el presidente de la Fundación Misterio de Obanos, don Juan Manuel Rubio, nos comenta que el problema prioritario de la fundación es conseguir los medios necesarios para guardar con cierta tranquilidad esos casi mil trescientos trajes de época, pues el actual caserón que se ha habilitado como guardarropía, queda bajo el riesgo a que la polilla o el rayo convierta este patrimonio en polvo. ¿De dónde sacaremos algo de ayuda para evitar la catástrofe? Pregunta que queda en el aire y todavía no ha tenido respuesta.


Don Santos

Ya hemos hablado de don Santos Beguiristain, pero su talla humana, su cultura y su amor a Navarra y a sus tradiciones merecen un apartado especial. Fue hombre de una basta cultura, capaz de hablar de tú a tú con los gurús de la cultura de su época, así como con las gentes más sencillas de Valdizarbe. En sus libros se puede descubrir una gran humanidad, y un corazón grande que necesitaba expresar con gestos sencillos su cariño a las gentes de su pueblo.

Si Eugenio d´Ors fue uno de los grandes revitalizadores del Misterio de Elche, don Santos Beguiristáin se ha convertido en la referencia obligada a la hora de tratar el Misterio de Obanos, pues él fue el creador de la criatura, y el gran artífice de que se siga representando a pesar de las décadas y de las obligadas ausencias. Sin duda alguna este es el principal legado cultural de don Santos, el cual queda bajo la tutela y responsabilidad de la Fundación Misterio de Obanos, y de todo el pueblo de Navarra.

Un pueblo unido

Una de las claves del éxito del Misterio de Obanos, radica en que todo un pueblo se vuelca para representar parte de su historia, de sus tradiciones, de su memoria colectiva transmitida de generación en generación. Son muchos los hijos de este pueblo que retornan a sus orígenes para vestirse el traje que usó su abuelo hace tres décadas, dando vida a príncipes o tal vez a mendigos. Sin duda nos encontramos con un Fuenteovejuna en el que el trabajo y la cooperación hacen de este pueblo un lugar sin crispación ni rencor. Sus vecinos corren por las calles y plazuelas vestidos de reyes y damas, su afán de superación hace que se trabaje duro con la alegría de los pueblos bien avenidos. Se olvidan, incluso, de las pequeñas desavenencias entre vecinos, familiares, y adversarios políticos, en una hermandad obligada por sacar adelante el Misterio.

Aquí nos encontramos con una de las manifestaciones culturales más importantes de Navarra. Transmitir la historia de un pueblo a través del teatro tiene algo de mágico y de ensoñador. No se lo pierda la próxima vez que se represente, es un consejo de amigo.

DATOS DE INTERÉS

Obanos: a 20 kms de Pamplona dirección a Estella por la Carretera Nacional 111
Restaurantes y hoteles en Obanos, Puente la Reina, Estella y Pamplona.
La oficina de Turismo de Puente la Reina ofrece la posibilidad de visitas guiadas llamando al teléfono 948 340845.

Interesante visitar la ermita de Santa María de Eunate (siglo XII), y en Puente la Reina la iglesia de Santiago, el puente románico, y la iglesia del Crucifijo la cual custodia el Crucifijo gótico del siglo XIV.

Saturday, July 29, 2006

Se acabó el Misterio del 2006


Ha sido una experiencia única
Cada noche, cuando pisaba la plaza de Obanos con un traje que representaba a un súbdito del Rey de Armenia, me metía en el personaje como si en ello dependiera mi vida. Las anécdotas se han sucedido constantemente y una vez más he podido comprobar la calidad humana de la gente de Obanos.

Sí, la calidad humana de la gente de Obanos. Ahora me viene a la cabeza el nombre de una marca con la que comercializa la Cooperativa Orbalaiz un vino: "Pagos de Obanos". Yo me quedo con "Gente de Obanos". Hace tiempo pude comprobar que los que viven en Obanos tienen un "algo especial", y creo que es consecuencia de haberse calzado, vestido e interpretado un papel teatral en uno de los espectáculos más sublimes de Navarra.

He podido escuchar comentarios del tipo: -Prefiero sudar la gota gorda con este traje que pesa cuatro kilos, que las nubes empiecen a estornudar. Ciertamente las incomodidades se llevan con gracia, y se prefiere el bien del público y el disfrute, que los malos momentos.

¡Hasta el próximo Misterio!

Tuesday, July 25, 2006

Este año es un año especial... Misterio de Obanos por todo lo alto!


Este año ha sido muy especial para el Misterio de Obanos; bueno, también para mi, pues el Director me ha dado un pequeño papelito que me ha encantado. Hago de paje del Rey de Armenia, un servidor real, y aunque sirva al rey no por ello dejo de ser un mozo de cuadra. En mi caso me imagino que represento eso, el papel de un zagal, de un paje... También he osado en pensar que soy el ayudante del notario del Rey de Armenia, y como se ha puesto enfermo, me han pedido que redacte el diario de la ruta que nos conduce a Santiago de Compostela. Si no me lo publica ninguna editorial, prometo que con cuando tenga tiempo lo incluiré aquí.




Saturday, July 22, 2006

Misterio de Obanos, o la historia del Camino de Santiago



El Misterio de Obanos es una representación teatral con un fin catequético. Antiguamente, y como consecuencia del nivel cultural, estas representaciones servian para explicar de un modo sencillo, los grandes dogmas de fe y también las vidas de los santos.

Entre los más antiguos de España se encuentra el Misterio de Elche, el cual pretende explicar de un modo sencillo, el dogma de la Asunción de María, la Madre de Dios.

El de Obanos es más reciente, no tiene siquiera un siglo de existencia, aunque lo que en él se representa tiene una antiguedad de más de cinco siglos.










Los cuatro puntos del Misterio de Obanos

Juan Cañada
Conferencia pronunciada en Obanos durante la Semana del Misterio del año 2005


Cuando desde la Fundación Misterio de Obanos me pidieron colaborar en esta Semana del Misterio, sin dudarlo un solo segundo acepté con gran satisfacción y alegría. Estoy muy agradecido a los miembros de la Fundación al poderme dar la posibilidad de hablar de algo que llevo muy dentro del corazón desde hace tiempo: El Misterio de Obanos, sus personajes, su historia, las gentes que lo hacen posible.

Se me pidió tema y título para una conferencia, y sin pensarlo dos veces, sugerí que me encantaría hablar de algunas de las muchas localidades que se citan en la representación del Misterio, y que forman parte de una de las historias y tradiciones más hermosas del Camino de Santiago, y por ende, como no podía ser menos, de Navarra.

Aquitania

Me gustaría comenzar hablando de la hermosa Aquitania. Nuestros hermanos franceses tienen esta región como una de las más bonitas de su país. Muchos tal vez sólo la recuerden por los afamados vinos de Burdeos, sus antiquísimas termas, o tal vez por Futuroscope de Poitiers en el que se mezcla ciencia y diversión en una conjunción llena de encanto.

En esta región, Aquitania, es donde nacieron los protagonistas principales del Misterio de Obanos. De Guillén de Aquitania se tiene constancia de que vino al mundo en el año 1099 en Toulouse, entonces ciudad que pertenecía a éste gran ducado. Su hermana Felicia, según la tradición, nació unos años después también en Toulouse.

Me gustaría detenerme en un punto del que no se suele hablar demasiado. La rama dinástica de Santa Felicia y de San Guillén. Creo que puede ser interesante, en tanto en cuanto sus ancestros son los grandes hacedores de Europa.

Me voy a remontar, nada más y nada menos, que a Pipino II de Heristal, nacido en el año 645. El hijo que tuvo fuera del matrimonio fue bautizado como Carlos Martel. No me voy a detener en un minucioso detalle genealógico que creo que no procede, por eso voy a concluir rápidamente diciendo que el hijo de Pipino “El Breve” (*714), el emperador Carlos I, Carlomagno (*747).


El imperio fue entregado en pequeños ducados a los herederos de Carlomagno. El de Aquitania, tras varias generaciones de duques, llegamos a nuestro Guillermo VIII, que como ya he comentado, nació en el año 1099 en Toulouse. De él bien sabemos que sus restos son custodiados y venerados por las gentes de Obanos, de los vecinos de los valles colindantes, y de todos los que buscan en su vida un modelo, y en su santidad la intercesión ante el Creador.

Pues sí señores, a lo que quería llegar: nuestro Guillén de Aquitania es descendiente del que se puede denominar el primer gran Rey de Europa: Carlomagno. El mismo que se hizo grande en sus batallas, y sus gestas. Hombre en el que imperaba la nobleza, la lealtad y el derecho.

De Aquitania es también la princesa Felicia. Aunque aparentemente pueda dar la impresión de que me desvío del tema de esta conferencia, permítanme que haga una breve semblanza sobre varios aspectos a los que he dedicado muchas horas de reflexión. El primero es el gran deseo que tiene esta peregrina jacobea por hacerse humilde entre los humildes, siendo ella hija de reyes. Se humilla mientras se une en el Camino de Santiago con penitentes, pecadores, gente que busca el Perdón y la bendición del Hijo del Trueno: Santiago. Pero no quiero adelantar acontecimientos y seguiré hablando más adelante de las grandes virtudes que nos enseña Felicia.


El Señorío de Amocáin y Labiano

El segundo punto relacionado con el Camino del Misterio al que me quiero referir, son en realidad dos: El Señorío de Amocáin y Labiano. La tradición nos cuenta que la Princesa Felicia se despojó de sus terciopelos, oropeles y galas para servir a los más necesitados en el Señorío de Amocáin. Espero que no se enfaden los del Valle de Egües si digo que éste, el Señorío de Amocáin, no es precisamente de los lugares más hermosos de Navarra. Es más, da la impresión de que sus colinas y lo agreste del lugar lo hacen poco recomendable para ver un bucólico atardecer. Sin embargo es una ruta secundaria del Camino de Santiago, y aunque no reciba los pasos se la gran masa de peregrinos, es sin duda un lugar de tránsito, y también de estancia. De Felicia nos cuentan que sirvió a los más humildes, que era ejemplo de caridad y de laboriosidad. Los Señores de Amocáin la tenían como una sirvienta, como una servidora, pero también como una hija, y tal vez como una hermana.

Respecto a Labiano quiero comenzar haciendo una referencia a don Jesús Equiza, actual párroco de este pueblo del Valle de Aranguren que ha desarrollado una importante labor de investigación sobre la Santa que descansa en el Santuario de San Pablo y Santa Felicia. Pero también ha trabajado para conseguir, con la ayuda de todos los vecinos en Auzolan, arreglar las instalaciones que con el tiempo han ido deteriorándose.

Efectivamente, en Labiano descansan los restos de nuestra santa Felicia. A ella han intercedido durante siglos miles de navarros para aliviar los dolores de cabeza y de pecho. Realmente es muy bonito ir a este hermoso y sencillo pueblo y transitar por sus calles en las que la tranquilidad no se rompe en ningún momento, y la paz llega sin hacer un gran esfuerzo.

Según se ha podido constatar, la ermita, o mejor dicho, el Santuario de San Pablo y Santa Felicia, albergaba una comunidad de religiosas, las antiguas seronas que atendían del cuidado del culto, procuraban atender a los pobres, sin faltar a sus obligaciones religiosas. Algunos piensan que Felicia fue una de ellas. Por mi parte me quedo con la tradición que vincula a nuestra santa con el trabajo en el Señorío de Amocáin, un trabajo sencillo, humilde, callado… ¡Qué hermoso! ¿Verdad? Una mujer que podía haber optado a la corona de cualquier reino de Europa, decide despojarse de títulos y servidumbre, para ser ella, precisamente, servidora en la humildad y el silencio.

Obanos

Por fin llegamos a Obanos. Villa en la que se celebraban las Juntas de Infanzones. Todos sabemos que los Infanzones no eran precisamente de origen noble. Si me lo permiten, me gustaría hacer una comparación, que por tal no se ajusta necesariamente a la realidad: Siempre he pensado en los Infanzones de Navarra como los Robin Hood de Sheffield. Los nuestros eran unos auténticos héroes dispuestos a luchar contra los abusos de los nobles, incluso de los reyes. Pro libertate patria gens, libera state! Para que seamos libres, que no exista la opresión de los que ejercen la autoridad; para que podamos vivir tranquilos, que los abusos se combatan con justicia y verdad, para que podamos desarrollarnos como personas, tengamos paz y capacidad para crecer.

Pero ya saben que hablar de los Infanzones no es más que un recurso para introducir al protagonista del que me gustaría tratar y que todos ustedes ya recuerdan y conocen. No hace falta dar su nombre. Según nos relata la leyenda, aquí terminó sus días el Príncipe Guillén de Aquitania. Su crimen: haber asesinado a su hermana, la princesa Felicia. Su gloria: haber pedido perdón a Dios por su pecado y purificar su alma con la mortificación, la penitencia y las buenas obras hechas a todos los peregrinos jacobeos, que pasaban por este Cruce de Caminos.

Ahora me gustaría intentar hacer un paralelismo entre los Infanzones de Navarra y nuestro protagonista.

Para Doña María Raquel García Arancón, Profesora Agregada, de la Universidad de Navarra, los infanzones surgen en la Baja Edad Media, como consecuencia del dinamismo económico y social, y los cambios políticos e institucionales de la época. Según la profesora García Arancón, en Navarra el siglo XII se había caracterizado por un ejercicio difícil de supervivencia frente a los poderosos reinos vecinos (Castilla y Aragón), por la consolidación de tres grupos sociales (nobleza, burguesía y campesinado) y por la organización de unos mecanismos de gobierno, sencillos y de carácter tradicional. En los primeros años del siglo XIII, con Sancho el Fuerte, se advierten síntomas de renovación: el rey trata de reorganizar la administración del reino y racionalizar y mejorar los recursos económicos de la Corona. En este momento surge la Junta de Infanzones de Obanos.

Los infanzones eran casi miembros de la nobleza de Navarra que comparten con los ricoshombres su estatuto privilegiado y las funciones militares, pero que no disponen de un patrimonio cuantioso y tampoco desempeñan tareas de gobierno. A diferencia de los grandes barones del reino, que asesoran al rey y forman parte del Tribunal Supremo de Justicia, esta pequeña nobleza carece de papel político. Mientras el rey favorece a la alta nobleza con rentas de la Corona, los infanzones carecen de expectativas porque, finalizada la reconquista por parte de Navarra, no hay incentivos militares. Este descontento y la escasa eficacia del poder ejecutivo y militar del rey, quizá con algunos episodios de violencia e impunidad de delitos, indujeron a los infanzones y caballeros a formar una corporación para defender sus intereses y luchar conjuntamente de los atropellos de la elite nobiliaria de los ricoshombres, y de los malhechores en general.

Esta liga es un ejemplo muy temprano del espíritu corporativo del siglo XIII, manifestado también en gremios y cofradías. En el caso de la Junta de Obanos sabemos, por una encuesta practicada en 1281, que los junteros se obligaban, bajo juramento, a mantener sus compromisos y estaban representados por sobrejunteros, uno por cada comarca donde la liga estaba implantada. Al frente, un mayoral, cabo o buruzagui, encargado de aplicar las penas. Para castigar al delincuente le apremiaban a reparar el daño y le exigían fianza. Si no la presentaba y no se sometía a la justicia, le perseguían, le castigaban con la pérdida de sus bienes o le ejecutaban, a veces de modo sumarísimo. El conocido sello de la Junta tenía en el anverso una cruz y un libro sagrado abierto con doce manos en actitud de jurar, y en el reverso un caballero con el lema conocido por todos y ya citado: Pro libertate patria gens, libera state!

Y después de haber hecho una breve introducción sobre los Infanzones, me extiendo en la figura de nuestro Guillén.

El Príncipe Guillén, tal y como ya he comentado, no sólo tiene sangre real, es nada menos que coheredero del gran rey que ha tenido Europa en todos los tiempos: Carlomagno. Tenía el cetro del Ducado de Aquitania, sus decisiones eran acatadas por sus súbditos, legislaba conforme a su buen juicio. Y sin embargo decide ir a Santiago de Compostela a pedir al santo que le ayude. Humilla la cerviz, se roza con los pecadores de media Europa, agacha los labios sobre el lecho de los ríos para beber de sus aguas… Pero el milagro auténtico surge cuando reconoce su pecado, pecado gravísimo: Un asesinato, un segar la vida, un tomar el papel que sólo corresponde a Dios. Y nada menos que el de su hermana Felicia, princesa de Aquitania.

Como ya he explicado, los Infanzones proceden de las clases sociales más humildes y trabajan por equipararse a la nobleza. Y otros se despojan de las coronas, de las riquezas, de los halagos y del protocolo, para convertirse en servidores de los peregrinos, los más pobres entre los pobres de la época.

¿Se han dado cuenta? Las figuras de Felicia y de Guillén coinciden en su origen y en su final. Ambos nacen en el lujo de la Corte, ambos se cultivan en ciencias y letras, ambos proceden de la escala social más importante de la Edad Media, ambos tienen un futuro terreno lleno de interesantes expectativas. Y ambos, por cruel destino, y sin duda por divina voluntad, dedican buena parte de su vida al servicio de los demás. Ambos llegan al mismo punto vital, pero ambos lo hacen por diferentes caminos.

Felicia se santifica en el ejercicio de un trabajo sencillo y humilde, su ejemplo remueve a los Señores de Amocáin, a los peregrinos que pasan por el Valle de Egües, y ese ejemplo ejerce una fuerza increíble en todos los que la contemplan.

Guillén termina sus días del mismo modo: Sirviendo!!!! Aunque la Providencia Divina ha usado con él otros medios: el del arrepentimiento, la oración y el del ejercicio de la humildad.

¿No son maravillosas las lecciones que nos dan nuestros dos santos? Ahora me gustaría lanzar otra pregunta, ya sé que aparentemente me desvío del título de esta conferencia. ¿No estamos en una época en la que recordar la vida de Felicia y Guillén se hace casi necesario? Lo que quiero decir es que con frecuencia olvidamos dar y sólo esperamos recibir, que nos gusta ser servidos y no servir, que otros nos necesitan y sin embargo nos hacemos los ciegos… Que el ejemplo de estos santos, nos ayude a vivir conforme a lo que Dios espera de nosotros.

Santiago

Incluyo en este anodino recorrido por algunas de las poblaciones del Misterio, una ciudad que aparece descrita con excelente delicadeza por el Hermano Francisco, y el Hermano León. Me refiero a Santiago de Compostela.

Realmente las alusiones a Compostela son importantes. Sin embargo aparecen incluso cuando no se cita. Que dos nobles partan en peregrinación desde su reino camino de una ciudad perdida, situada junto al Fin de la Tierra, nos ayudará a reflexionar en varios aspectos: Existe un principio, un camino y un final. Una salida y una meta. Un sembrar y un cosechar. Un vivir y un morir, o tal vez un morir y un vivir. Un despojarse de lo superficial y revestirse de lo que ennoblece el alma.

Conclusión

Aquí podría dar por concluida esta conferencia, pues he citado los puntos geográficos más importantes de la representación del Misterio de Obanos. Pero les voy a pedir unos breves minutos más, antes de terminar.

Permítanme serles sincero. Esto sólo ha sido una introducción de lo que realmente quería exponer.

¿Saben? El Misterio de Obanos siempre he dicho que es como una representación de la vida del Hombre. Ahora me gustaría explicarlo de un modo distinto al que lo he hecho habitualmente.

El hombre que es consciente de quién es, o al menos trabaja para descubrirse, conocerse...

El hombre que busca.

El hombre que camina hacia su destino.

El hombre que trabaja en servicio de los demás.

El hombre que se topa con las dificultades propias de su andadura.

El hombre que se cansa, que se desanima… y que sigue luchando y trabajando por conseguir alcanzar su meta.

El hombre que, por fin, llega a su destino, y que abraza con sus brazos la meta.

El hombre que es consciente de quién es, o al menos que trabaja para descubrirse, conocerse...

Aquí comienza la historia: El corazón del hombre que busca su realidad de Criatura que no tendrá la Paz hasta que no descanse su corazón en su Creador.

El hombre que busca.

Aquitania: Dos jóvenes que deciden ir en busca de la felicidad, abandonando la riqueza y el lujo.

El hombre que camina hacia su destino

El Camino de Santiago. Tránsito en el que se hace presente la tristeza, el cansancio

El hombre que trabaja en servicio de los demás

Señorío de Amocáin y Obanos.

El hombre que llega a su destino, que abraza con sus brazos la meta

En el caso de Felicia: Labiano.

En el caso de Guillén: Arnotegui.

Ay Señora de Arnotegui!!!! Cuántas palabras de amor, y cuántas lágrimas de fuego pudiste escuchar y contemplar del arrepentido San Guillén!!!!

Gracias Señora por ser tan solícita con tus hijos.

Ahora sólo me queda pedirte, Reina de Obanos, que no nos abandones en esta empresa que es el Misterio, y que lo representemos conforme a tu querer. Que no perdamos nunca el espíritu que don Santos Beguiristáin quiso labrar, sobre piedra de sillería, y que a este pueblo ha legado hasta el fin de la Historia.